miércoles, 18 de marzo de 2009

Nacimiento

dice, se dice que la locura es un estado enfermo de la mente, se le dice locos a muchos que (no) lo son, se dice, se dice
yo creo que la locura, es un estado del alma y yo creo que mi alma está (bastante) loca
hay, (había) un loco-muy loco que escribió un libro (muy loco) del cual una muchacha cayó enamorada
dicen, se dice que la locura es (quizás) contagiosa y las pasiones (también) lo son
yo creo (también) que la locura es producto de pasiones que provocan locura(s) que provocan pasion(es)

parece que la locura-pasión de un loco-muy loco se contagió de la locura-pasión de una muchacha con el alma (bastante) loca y


¡PUM!
nació Amaranta

domingo, 15 de marzo de 2009

Perfume de Rayuela

Mezcla de la melancolía que me produce terminar de ver la película-regalo que me hizo llorar
y la nostalgia de saber que dentro de un año, quizás, te vuelva a ver.
Y para resumir los dos estados, esta nota:


"Los perfumes, los himnos órficos, las algalias en primera y en segunda acepción... aquí olés a sardónica. Aquí a crisoprasio. Aquí, esperá un poco, aquí es como perejil pero apenas, un pedacito perdido en una piel de gamuza. Aquí empezás a oler a vos misma. Qué raro, verdad, que una mujer no pueda olerse como la huela un hombre. Aquí exactamente. No te muevas, dejame..."
RAYUELA, Capítulo 144 -fragmento.
Hoy te presto, compañero de vida. Amigo de todos los días. ¿Alguna vez te dije lo que significás para mí? Sos como una constelación de estrellas, nunca dejás de brillar, siempre estás en mi Cielo... para mí. Nunca dejo de encontrar nuevas estrellas en vos... nunca. Hoy te presto, Rayuela, porque es hora de separarnos un poco... pero, ¡me vas a hacer falta!
¡Hasta pronto!
(Y sele de utilidad a tu poseedora temporal)
Tu Amaranta.

martes, 10 de marzo de 2009

Búsqueda

-Andábamos sin buscarnos,
pero sabiendo que andábamos para encontrarnos...


Entre tanto los problemas de organización caen como piedras molestas difíciles de esquivar y se acoplan junto con las muchísimas otras piedras de distintos tamaños y formas, que vienen llegando a distintas velocidades, ando en busca de algo difícil de encontrar. Ay, ay...! Siento algo extraño y nuevo, sí. Estas altas presiones de no saber cómo-con-todo me están acechando de lo lindo y, mientras, me doy el lujo de buscarte entre las piedras que no dejan de caer, te busco entre los espacios vacíos de mi interior, en los momentos de sueño que tengo por instantes y me atormentan... ¡te busco hasta donde no tengo que buscarte!

A veces me sorprende encontrate tan tan cerca, y otras muchas definitivamente siento que te fuiste por lo lejos... pero ¡aún te sigo buscando! Y aquí viene el conflicto...¿Cómo lidiar entre dos bandas que tiran muy muy fuerte y lastiman? Una me grita muy fuertemente que "no llego", que me tengo que ocupar más, que... que... que. Mientras, la otra me pide que siga y siga buscando... que ya va a llegar, ¡que no me canse de...!

Uf, ¡me cuesta mucho esta lucha interior! Pero cuando te encuentro... ¡siento la paz interior en el alma... y nada más puedo pedir!



Buscando Amor...


Amaranta.

lunes, 9 de marzo de 2009

Hojas secas

"Vagando por el Quai des Célestins piso unas hojas secas y cuando levanto una y la miro bien la veo llena de polvo de oro viejo, con por debajo unas tierras profundas como el perfume musgoso que se me pega en la mano. Por todo eso traigo las hojas secas a mi pieza y las sujeto en la pantalla de una lámpara. Viene Ossip, se queda dos horas y ni siquiera mira la lámpara. Al otro día aparece Etienne, y todavía con la boina en la mano, Dis donc, c'est épatant, ça!, y levanta la lámpara, estudia las hojas, se entusiasma, Durero, las nervaduras, etcétera.
Una misma situación y dos versiones... Me quedo pensando en todas las hojas que no veré yo, el juntador de hojas secas, en tanta cosa que habrá en el aire y que no ven estos ojos, pobres murciélagos de novelas y cines y flores disecadas. Por todos lados habrá lámparas, habrá hojas que no veré.
Es un poco así: hay líneas de aire a los lados de tu cabeza, de tu mirada,
zonas de detención de tus ojos, tu olfato, tu gusto, es decir que andás con tu límite por fuera
y más allá de ese límite no podés llegar cuando creés que has aprenhendido plenamente cualquier cosa, lo mismo que un iceberg tiene un pedacito por fuera y te lo muestra y el resto enorme está más allá de de tu límite y así es como se hundió el Titanic.
Seamos serios. Ossip no vio las hojas secas en la lámpara simplemente porque su límite está más acá de lo que significaba esa lámpara. Etienne las vio perfectamente, pero en cambio su límite no le dejó ver que yo estaba amargo y sin saber qué hacer por lo de Pola. Ossip se dio inmediatamente cuenta, y me lo hizo notar. Así vamos todos..."
Rayuela, Capítulo 84, fragmento. Julio Cortázar.


Cada vez que se me da por re-abrir Rayuela encuentro todo esto que, en una mezcla de admiración y desenfreno emocional, revuelve el la cajita de recuerdos que todos tenemos en el cerebro, que, como el bolso de Félix, se ve pequeñito e insignificante. No obstante, dentro del mismo, cabe absolutamente todo; sólo es cuestión de buscar, pareciera.

Tratando ver todas las hojas con polvo de oro, transitando yo. Gran pena es tener los lentes rotos, no puedo ver todas. Esperando que haya más Etiennes que Ossips, supongo que estamos todos y que, en el fondo, por esa razón juntamos hojas secas, caracoles, piedritas, problemas. Por eso, por eso.

-Amaranta-

domingo, 8 de marzo de 2009

Dulce tristeza

Te pido, no hagas tontas promesas falsas donde pueda ir...

Hay una tristeza pequeñita, pequeñita que se siente por aquí. Pero no angustia, o sí lo hace, un tanto dulcemente. Deben ser locuras y delirios del ser así tan... calculadora, tan tan mecanismo de cuentas infinitas y sinsentido. Se suma este verano-mezcla de emociones y vivencias "nuevas", tranquilamente lindas, lentamente felices, pero que en un día hermoso como el de hoy, entristecen.

Amaranta.