Se abre la puerta, cae del cielo,
entra en la vida, florece el consuelo.
Busca mirada, parece llamada.
Surge de la nada,
descubre el velo.
Ríe el pañuelo, llora el deseo,
presente y urgente,
viene en sondeo.
Cura la herida, reside en el trecho,
no hay quien impida su paso derecho.
Abre caminos, entra profundo,
queda escondido, luce seguro,
despierta la llama...
Suscita locura,
ay, amor mío, no quiero la cura.
-Amaranta-
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