-¡Amarantaaaa!
-¿Qué pasa?
-¿Qué hacés ahí?
-¿Dónde?
-¿Qué hacés ahí adentro?
-¡No entiendo de qué hablás!
-Hablo del triángulo ese, ¿qué estás haciendo ahí metida?
-Bueno... no me metí queriendo, ¡fue sin querer!
-Pero... ¿no te das cuenta que te va a hacer mal?
-¿Decís?
-Y sí, Amaranta... tendrías que empezar por separar dos lados y luego quitarlos. Al menos, así, vas a tener un solo lado con dos extremos. La idea es que finalmente te quedes con un solo vértice.
-Sí, claro. ¡Esa es mi idea también!
-Y, entonces, ¿por qué no lo hacés?
-Porque no es tan fácil. Verás, mi triángulo es isósceles. Los dos vértices de abajo me sirven de base, el lado que los une, es el que me permite estar parada. Y el vértice que queda... es el que quiero alcanzar finalmente, pero está muy alto y no llego. Ya probé trepándomee por los otros dos lados pero son muy largos y empinados, termino cayendo a cualquiera de los dos vértices de abajo. No sé bien como hacerlo.
-Y, me parece que lo mejor va a ser que transformes tu triángulo en uno equilátero... de esa manera, tu vértice no va a estar tan alto y una vez que lo alcances, podrás desarmar el triángulo y quedarte con ese vértice que tanto querés.
-¡Esa es una solución ideal! Pero le encuentro una falla...
-¿Cuál?
-Que transformar mi triángulo en equilátero, no depende sólo de mí.
-¿Qué querés decir con eso?
-Quiero decir que para transformar mi triángulo en equilátero, necesito que mi vértice se proponga bajar...
martes, 10 de febrero de 2009
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2 comentarios:
excelente entrada, te quiero y sabes que estoy .
excelente entrada, te quiero y sabes que estoy .
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